Saturday, July 9, 2016

Cómo conocer Noruega en 4 días -y no morir de cansancio en el intento-

Una de las cosas que influyen en mí para viajar es si tengo a alguien que conozca en el país al que voy a ir. Se lo debería un 50% a ser una estudiante sin dinero que no quiere pagar hotel, y otro 50% a que muchas veces se conoce mejor un lugar si una persona de ahí es quien te lo indica.

Entonces, O. es una amiga a quien conocí en China hace ya ocho años, y después de mantener el contacto ocho años en facebook, de verla visitarme en Ecuador y en Edimburgo, era mi turno de ir allá. Y, por supuesto, fue la mejor guía que pude haber tenido. Desde antes de llegar a Noruega, tenía ya en mi inbox un documento que constaba de 7 hojas -con fotos- de lo que haríamos.

Llegué a las 12:10 de la noche al aeropuerto y tomé un tren hacia el centro de la ciudad, donde me encontré con O., ella me llevó a su departamento, que es minimalista y hermoso. Dormimos a las dos de la mañana y nos levantamos a las ocho. Entonces, si uno quiere visitar Oslo y sus museos, lo más recomendable para hacer es comprar el Oslo Pass. El Oslo Pass te deja viajar gratis en buses y trenes, entrar a cualquier museo gratis, ir en ciertos botes gratis y obtener descuentos en resturantes y tiendas. Y tengan en cuenta que Noruega es bastante más caro que el Reino Unido, que ya de por sí es más caro que muchos países. El Oslo Pass cuesta 40 dólares para adultos, pero como estudiante, pagué solamente 20 dólares, y empezamos a conocer.



Día 1. 

Fuimos al puerto a tomar un bote que nos llevaría hasta un lugar cerca de los primeros museos que visitaríamos.

El museo era el Viking Ship Museum, donde se puede observar los mejores barcos que se han encontrado del siglo IX. No es un museo grande, entonces puede acomodarse para ir a otros lugares a conocer.


El siguiente museo era el Norsk Folkemuseum. Aquí vimos distintos tipos de casas construidas en otros tiempos en diferentes lugares de Noruega, casi todas hechas de madera. Afortunadamente, llegamos justo a tiempo para ver un baile típico.

Y luego procedimos a ver una iglesia construida en 1100. Hecha completamente de madera, y se me hizo muy diferente a las iglesias típicas occidentales, increíble de conocer por fuera y por dentro, aunque dentro había muy poca luz y no quise usar flash en algo tan antiguo.


Después de esto, caminamos al parque Frogner Park. Aquí nos encontramos con diferentes estatuas, las cuales pertenecen a la instalación Vigeland; fueron hechas por Gustav Vigeland. Y eran increíbles, todas las estatuas estaban desnudas y me pareció hermoso, porque no eran eróticas, eran para demostrar que la desnudez es algo natural y cálido.


Luego, caminamos rápidamente frente al palacio real de Noruega.


Visitamos el Nobel Peace Center, y el museo de Ibsen, el gran dramaturgo Noruego. Para este punto, me encontraba increíblemente cansada, pero ¿cuándo más podré volver a visitar Noruega? Así que continuamos hacia el edificio de la Opera de Oslo. Lástimosamente, estaba cerrado, pero lo hermoso de esto lugar, es que se puede caminar por el techo, teniendo en cuenta que puede ser bastante peligroso y resbaloso con lluvia.


Finalmente, fuimos a Ekerberg, que fue lo más hermoso que vi el primer día. Tenía estatuas de diferentes artistas famosos de todo el mundo, recalcando a la mujer. Era como el parque perfecto para hacer un picnic, para ir a estudiar, para ir a jugar o caminar. Nunca he estado en un parque así.


Finalmente, fuimos a dormir a las doce. Para una persona que generalmente duerme diez horas cada noche, estaba muy cansada, y agotada, pero las ganas de seguir viendo todo me mantenían alerta.

Día 2.

El día dos lo dejamos para Munch. Yo no sabía mucho de Munch para ser honesta, pero después del documental que presentaron en el museo, estaba lista para ver sus cuadros, además que la presentación era una comparación entre Munch y Jasper Johns, un pintor que me había gustado mucho, después de haberlo visto en el MoMA. Al final, el Munch Museum fue lo que más me gustó de Oslo, porque fue muy inspirador, cada cuadro tenía una historia (escrita en una guía gratuita) y nos tomamos nuestro tiempo para poder disfrutar de cada uno.


Al salir fuimos al Jardín Botánico. Lastimosamente, empezó a caer una lluvia torrencial, y terminamos en dos lugares con plantas tropicales.

De ahí viajamos a una cabaña en medio del bosque Noruego, algo típico que hacen las personas de Noruega. Los papás de O. son los dueños de la cabaña, y antes había sido de sus abuelos. Ahora bien, O. me contó que las típicas cabañas noruegas no tienen luz ni agua, pero su cabaña sí tiene instalaciones eléctricas. El baño es otro cuento. Fuimos a conocer el lago cerca de la cabaña.


Estaba realmente hermoso, ¿pueden creer con esta foto que ya eran las diez de la noche? El lago estaba a 15 grados, así que estaba bastante frío.

Día 3. 

Lo más importante del día 3 es que escalamos una montaña noruega y que no me morí, a pesar de estar cansada y con sueño.


Después de esa experiencia noruega tan intensa y maravillosa, nos dirigimos hacia Hamar, lugar donde O. nació. Llegamos ya bastante tarde, por lo que procedimos a descansar y dormir.

Día 4.

Hamar es un lugar pequeño, bastante pacífico e igual de hermoso que Oslo. Para conocer Hamar, tomamos dos bicicletas (sus papás me prestaron una) y fuimos hacia el centro de la ciudad, continuamos yendo a un estadio olímpico con forma de barco vikingo dado vuelta, fuimos a otro museo al aire libre, y terminamos en el museo de trenes. Todo este recorrido se hizo junto al lago de Hamar, que se veía hermoso, a pesar de ser frío, y de hecho tenía a varias personas tomando el sol y nadando.


Este último día estaba tan cansada que hasta me olvidé de tomar fotos de todo lo que conocí. Espero recordarlo siempre, sin embargo.

Entonces, comí comida noruega deliciosa, hice lo que los noruegos normalmente hacen, conocí los mejores museos y fui al lugar donde mi gran amiga nació. ¡Fue un viaje increíble!

Pd: Si creen que al día siguiente descansé en Edimburgo, se equivocan, porque tenía que ir al trabajo a las seis de la mañana y luego tenía reunión de mi tesis, aún estoy muy cansada y con sueño.



Thursday, July 7, 2016

Comiendo en Noruega: parte II

Llegamos a la cabaña de O. a las 9 de la noche, y comimos la merienda a las 10. La sorpresa fue grande al ver que había una selección de todo un poco de diferentes pescados. La tienda Villfisken, localizada en Ådalsveien 431, Renna, Ringerike, es la única tienda en medio de Noruega que vende pescado local de buena calidad. Los papas de O., quienes gustan de comer bien, habían ido antes a comprar el pescado. La forma de comer era poner mantequilla encima de buen pan, y arriba colocar el pescado. El pescado que más me gustó era la trucha ahumada, no la había probado antes y me sorprendió al gustarme más que el salmón ahumado, uno de mis platos favoritos. Había también un paté de pescado, y una salsa con camarones, ambas cosas muy buenas también.

Si bien no tengo una foto de la merienda, pues me daba vergüenza ir a buscar la cámara para poder tomar fotos en una cena familiar, tengo una foto del desayuno que incluyó un poco del pescado que sobró del día anterior.


La familia de O. tiene una tradición: la primera persona que se levanta en la cabaña debe llevar café y pan a las demás personas. La mamá de O. había calentado el pan para llevárnoslo, uno tenía canela y fue la mejor forma de levantarme.


Después, por supuesto, el desayuno ya mencionado, que a parte del pescado, tenía también una de las mermeladas más ricas que he probado en la vida. Noruega tiene un tipo de frutilla salvaje que es muy pequeña, pero con el sabor más exquisito en cuánto a frutillas he probado. Lastimosamente, se cree que estas frutillas están creciendo cada vez menos.

El almuerzo/merienda del segundo día en la cabaña consitió del steak más rico que he probado en la vida. El papá de Oda me comentó que era steak uruguayo, conocido como el mejor del mundo. Mi papá siempre ha dicho que el steak uruguayo es el mejor, pero tan solo lo hemos comido en el Tanoshii, donde lo solían ofrecer. Este, sin embargo, era mucho mejor que el había probado antes, estaba cocido tan solo a estado medio y había una salsa para acompañarlo que lo hacía aún mejor, si eso era posible. Acompañamos el steak con papas y una ensalada deliciosa de lechuga, choclo amarillo y avellana. Nunca había comido ensalada con avellana, les recomiendo que lo prueben.


Después del mejor steak del mundo, solo me quedó nuevamente el plato típico noruego de los pasteles de carne. Estaba muy rico, la verdad, pero hasta ahora no puedo lograr dejar de pensar en el steak.


La carne estaba acompañada de cebollas acarameladas, pepino, lechuga, tomate y pan.

Vuelvo a repetir que este ha sido el mejor paseo gastronómico que he tenido. La mayoría de personas esperaría tenerlo en Italia o Francia, para mí fue Noriega, aunque no lo esperaba.

¡Suerte comiendo esta semana!

Wednesday, July 6, 2016

Comiendo en Noruega: parte I

Me encantaría que de alguna forma mágica pudiera hacerles probar lo que comí en Noruega, porque este ha sido el mejor paseo que he tenido en mi vida respecto a la comida.

Y habría que empezar diciendo que la única persona que conozco en la vida real que ha ido a restaurantes con estrellas Michelines es O. y O. vive en Noruega, además que fue mi guía turística. No solo ella, pero a su familia también le gusta comer bien. Y agradezco en el alma haber tenido mi experiencia en Noruega con ella.

Entonces, ¿qué come la gente en Noruega? El desayuno, por lo general, incluye buen pan (a diferencia de todo el pan que venden en Escocia), mantequilla para untar en el pan, y brown cheese más otros embutidos que deben ir encima del pan. Se lo acompaña con café. El brown cheese, o brunost, es un producto lácteo hecho con suero de leche de cabra. No es queso, en realidad, pero así se lo conoce. Su sabor es dulce.

O. tenía dos tipos de brunost, me fui por el de sabor menos intenso. También probé salami hecho con carne de caballo, pero me pareció que el sabor era muy fuerte.

El primer día estuve en Oslo. Comimos en una cafetería que tiene cosas típicas de Noruega, llamada Kaffistova. Opté por pastelitos de carne, mientras ella se fue por pan con camarones y salmón. La carne y la crema acompañante eran muy parecidos a las meatballs de Ikea, lo cual tiene sentido, porque Suecia está muy cerca de Noruega. El plato venía también con dos papas y una especie de puré hecho con arbejas, que me gustó, pero no me terminé porque ya no avanzaba nada.


Para la noche, O. optó por llevarme a celebrar mi visita a un restaurante espectacular, ubicado en el parque Ekeberg. Ekebergrestaurant nos dio una mesa junto a la ventana, desde donde podíamos ver el puerto y aún había luz, a pesar de que eran casi las 10 de la noche, lo que lo hacía verse hermoso. O. ordenó pato en salsa de caramelo, y yo me fui por el cordero. Lastimosamente, el cordero se había terminado y me tocó pedirme steak.

El pato con salsa de caramelo

Steak

En el momento en el que probé la carne quise ponerme a llorar, estaba a termino medio, la mantequilla estaba derritiendose, la salsa era deliciosa y la carne estaba perfecta. He intentado comer un buen steak por tanto tiempo (incluyendo en Ecuador) y lograrlo por fin me puso de muy buen humor. Acompañamos la comida con una copa de vino tinto cada una. Claro que la comida me salió por casi 50 libras -es Noruega, todo es caro, peor aún este restaurante- pero no estaba pagando hotel, ni desayunos, ni pagaría comida el resto del viaje, así que permití este increíble gusto. 

Al día siguiente, el almuerzo consistió de un almuerzo típico del verano llamado rømmegrøt, que consta de un porridge hecho con crema agria. No estoy segura de por qué un plato tipo porridge, caliente y todo, se sirve en el verano, pero estuvo muy bueno. Fue como comer un postre, se añadía mantequilla en la mitad y azúcar encima. Un plato alto en grasas y muy rico. 


Fuimos también al jardín botánico, el plan original de O. era que yo comiera los típicos waffles noruegos, pero no había, así que terminamos comiendo svele, o un tipo de pancake noruego, que no se come de desayuno, más sí de snack entre comidas. A esto lo acompañamos con ginger ale. 


Les he contado ya bastante y decidí dejar los mejores platos que comí para el siguiente post. No se pierdan lo que si fue el mejor steak que he comido más otras cosas! Nos vemos! 



Wednesday, June 29, 2016

Mariscos en Escocia

Escocia es conocida alrededor del mundo por tener los mejores mariscos que se puedan conseguir. El salmón, aunque no es un marisco, es algo de lo que también están muy orgullosos. Y, aunque he cocinado aquí sanco de camarones y ceviche, sentía que me faltaba mucho de los mariscos a los que estaba acostumbrada en Ecuador. Y se habla tanto de mariscos (además que estoy en una isla, y me encanta ir a ver la playa -no nadar en la playa-), que decidí buscar cuáles son los mejores restaurantes que sirven mariscos en Edimburgo. Debido a la falta de dinero, me decidí por un restaurante que no estaba entre los más caros, pero tampoco entre los más baratos. Aunque todo dependería del punto de vista, porque uno de los platos que más se vende en el restaurante era una paella que costaba 70 libras.

El restaurante se llama Ship on the Shore y ordené cangrejo. Si bien tenía más ganas de camarones gigantes bailando con langostinos, rodeados de conchitas felices, no estaba entre las cosas que uno podía pedir en el menú y la langosta estaba llegando a las 30 libras .


El cangrejo costó 18 libras, que es bastante caro para lo que estoy acostumbrada a pagar cuando salgo. De verdad tenía ganas de mariscos y la verdad es que no me decepcionó. Uno de los problemas de ecuatorianos, es que a pesar de encontrarnos en el país con los mejores mariscos del mundo, lo que uno extraña es la sazón con la que se marina los mariscos. A pesar de eso, el cangrejo estaba entre los mejores platos que he comido aquí. La carne de cangrejo en el caparazón estaba marinada de dos formas, la primera se ve blanca y tenía cebollas y una salsa blanca. La segunda, café, tenía un sabor más fuerte. Luego opté por comer cada una de las patas y las tenazas, que no tenían carne preparada, pero sabían muy bien. Aquí los mariscos se sirven fríos, y el cangrejo estaba frío, pero me lo comí entero. Las tenazas estuvieron particularmente ricas.


A. ordenó un modesto pie de mariscos, que resultó ser pie de papa con diferentes pescados y camarones. A ella le encantó y dijo que era uno de los platos más memorables de su estadía en Edimburgo. Estaba caliente y le costó 14 libras.


Hasta la próxima!



Saturday, October 10, 2015

Nuevas tierras (viejas costumbres) -en fotos-

Sé que me he desaparecido, pero estaba planeando mi viaje de estudios y, ahora que ya estoy aquí, aún no me recupero. En realidad, como despedidas, comí en varios restaurantes y tomé muchas fotos, pero no creo que haré un post relacionado con los restaurantes ecuatorianos hasta que regrese ahí. De todas formas, quería mencionar que estoy muy decepcionada de que ya no exista lomo uruguayo en el Tanoshii, ahora se importa el lomo americano.

Estoy en el Reino Unido y estoy estudiando algo así como filología en inglés. De ahora en adelante voy a hablar de las cosas que he comido y seguiré comiendo por estas partes del planeta que son muy hermosas, en realidad.

Como he estado ya en varios lugares en los que he comido, creo que postearé, en esta edición, muchas fotos. Todavía no hago un estudio de un restaurante (es decir, que no he comido lo suficiente) y no me parece justo empezar a escribir sobre comida que no conozco aún. Pero como sí me he divertido comiendo, ¡aquí va!


Papas fritas en funda que me dieron en el avión. Muy parecidas a las Lays. (Por cierto, las fundas de papás fritas aquí son muy particulares y a veces me da ganas de comprarlas solo para poder pegarlas en un cuaderno o algo así).


Una noche una compañera de cuarto, china, hizo una cena maravillosa. Había huevo revuelto con tomate, pollo frito col y zanahorias con carne. Me hizo acordarme de las cenas que tenía con mi familia china, era increíblemente parecida.


Un día, todas mis compañeras de cuarto y E. (una amiga de Ecuador) decidimos ir a Ikea a ver qué podíamos conseguir para poder vivir como seres humanos normales, y encontramos esto. Meatballs con gravy. E. dice que todo sabe a gravy aquí, pero no es así. De todas formas, estuvo barato y delicioso. Ikea queda muy lejos de donde vivo, así que no creo que regrese pronto.


Salchicha lorne, típica británica, famosa porque suele estar en el típico desayuno británico (que aún no como), hecha con carne molida y rusk, que es un tipo de pan seco. Según la wikipedia no se está del todo claro cuáles son todos sus ingredientes, pero sabía bien, diferente a cualquier tipo de carne que he comido como hamburguesa. Sé que dice que es salchica, pero aquí todos la comen en forma cuadrangular. 


Quería mostrarle el típico plato de Fish and Chips a E. y aproveché un día que estábamos en la playa para comprarlo. Algo curioso de aquí es que ¡la gente come papas con vinagre! No me lo imaginaba, le hechan mucha sal y todo el vinagre que pueden, aún no me acostumbro, pero creo que llegaré a hacerlo. Tengo la opción de no poner vinagre, pero me gusta adaptarme a los sabores locales. El pescado es bacalao, a diferencia de lo que mucha gente piensa, y como asocio el bacalao a la fanesca, no lo disfruto demasiado. 


Esta es una sidra de frutas absolutamente deliciosa que tomé en una noche de Doctor Who, totalmente recomendada, aunque sólo la he visto en un bar.

 Un bratwurst que venden en un carrito en la universidad, un día tenía mucha hambre y ni bien salí de clases corrí a comprarlo. Un hot dog cuesta 3 libras, como cinco dólares con algo. Caro, pero de otra calidad. Aquí todo es caro.


Un pie de manzana que comí una tarde otoño. Les pedimos que calienten el pie, porque no lo hiceron por su cuenta y hacía mucho frío. Estuvo bueno, pero he comido mejores.


E. y yo nos sorprendimos un montón cuando vimos un cerdo horneado, parecía horneado y cuando entramos al local, ¡olía a hornado! Nos pedimos un sánduche. El restaurante resultó ser famoso, se llama OINK y la gente lo conoce por su rico pulled pork.

 Por último, quería mostrarles que yo quería probar el Pumpkin Spiced Latte, o Latte sabor a calabaza, pero resultó súper falso y muy dulce. Es muy probable que no compre más de estos.

Estoy cocinando casi todos los días, puesto que comer afuera sale increíblemente caro, de todas formas, tal vez haga algunos sacrificios por ir a ciertos restaurantes que quiero ir, y todavía tengo algunas historias que contarles. Nos vemos.

Sunday, May 17, 2015

Domingos de cangrejada (¡con receta!)

Hace mucho tiempo mi abuelita fue a la casa de una prima suya en Guayaquil, quien le enseñó a hacer cangrejos. Desde ahí, los cangrejos en mi casa son recibidos con entusiasmo e impaciencia. Aunque no vivamos en la costa ecuatoriana, me he dado cuenta que las cangrejadas familiares son hechas con el objetivo de reunirse a lo grande para disfrutar de una buena comida, y son bastante frecuentes (no solo en mi familia).

Desgraciadamente, el cangrejo nunca ha sido barato, y por esto el día de hoy decidimos hacer una pequeña cangrejada para los tres miembros de mi familia.

El cangrejo se compró en la Avenida América y Mañosca, esquina. Se dice que mientras más madrugues, se pueden encontrar más baratos, y de mejor calidad. La sarta de 12 cangrejos estaba en 23 dólares, mientras que la de 16, en 30. Compramos la de 12 y mi mamá se dispuso a cocinar.

Ingredientes:

- Un manojo de culantro con tallo
- Cebollas blancas enteras
- 4 ajos picados, 2 ajos enteros y con cáscara
- Un poco de achote líquido
- Sal
- Pimienta negra
- Orégano
- Sal de ajo (aji no moto)
- 2 cucharadas de azúcar morena
- Cangrejos
- Cerveza









Se pone agua suficiente para los cangrejos en una olla y se añaden el culantro, la cebolla, el achote, la sal, la pimienta, el maduro, el orégano, la azúcar morena y la sal de ajo. Mi mamá dice que en otras recetas se pone aji no moto en vez de sal de ajo, pero ella prefiere la sal de ajo. Se tapa la olla y se deja hervir.

Mientras el agua se calienta y lentamente empieza a hervir, se matan los cangrejos y se lavan. Hay personas que prefieren cocinarlos vivos, pero preferemos no hacerlo. Cuando los cangrejos se ven en una situación así de grave, tienden a orinarse dentro de la olla, así que para las personas que dicen que cocinar los cangrejos vivos es mejor porque vienen con un saborsito especial, ya saben cuál es el saborsito. Además de lo cruel que me parece el asunto.



Cuando el agua empieza a hervir, se añaden los cangrejos y una botella pequeña de cerveza, se tapa la olla y se los deja ahí por más o menos 30 minutos.





 ¡Los cangrejos están listos! A nosotros nos gusta acompañarlo de arroz, encebollado y salsa rosada.

Ustedes, ¿cómo hacen los cangrejos? ¿con qué los acompañan?

Saturday, May 9, 2015

Comiendo en Disney parte III

Hollywood Studios es uno de los parques más interesantes si eres joven y sientes que te hace falta una montaña rusa de verdad. En realidad, yo no me hice la montaña rusa, pero a R. le gustó mucho. A mí lo que más me gusta de Hollywood Studios es Star Tours y El Jedi Training Academy, que aunque no puedo participar directamente, siempre puedo ver. Además que el sing along de Frozen estuvo realmente divertido, si te gusta Let it Go y quieres cantarla a todo pulmón...


En este parque teníamos mucha hambre y sánduches de mantequilla de maní con mermelada. Decidimos ir a un restaurante de comida rápida ubicada exactamente a la izquierda de donde esa foto fue tomada y pedir algo barato y que nos llenaría hasta la merienda: ¡hamburguesas!



Las hamburguesas de los restaurantes de Disney no son muy conocidas por su sabor, pero no tengo ninguna queja al respecto, tal vez porque el tocino mejora todo, tal vez por la salsa ranch en grandes cantidades, tal vez porque cuestan 10 dólares, pero nos terminamos todo.

Por último, regresamos a Epcot. Es uno de los parques que si no vas dos días, no logras conocer todo. Ahora bien, existe algo llamado Drink Around the Epcot World Showcase (DAWS), traducido como: ¡Toma en todos los países! y consiste en exactamente eso. R. y yo no planeamos en realidad hacerlo, pero por cuestiones el destino, pudimos probar dos bebidas. En la isla del sake de Japón Epcot, compramos una pequeña copa de exactamente eso, no sé por qué compramos el puro, y procedimos a tomárnoslo rápido.


El punto era que mientras más rápido lo tomabas, menos veces te tomaba vaciar el vaso y menos te ardía el esófago y la boca del estómago, porque era muy fuerte. Hubo un señor que se dedicó a reír mientras nos veía haciendo caras y gestos.

Habíamos leído que si ibas a La Cava del Tequila en Epcot México y les mostrabas en tu celular que les seguías en Twitter, te regalaban una fuente de nachos con salsa, ¡lo cual resultó verdad! y lo cual no fue tan buena idea, contando que después teníamos una reserva en un restaurante y que ya íbamos a ir medio llenos. La Cava del Tequila es conocido por ser un bar con más de 100 tipos de tequilas.


Pedimos un Blood Orange Margarita y, porque R no llevó su pasaporte y no podían verificar que es mayor de veintiún años, tuvimos que pedirlo para llevar y salir al parque a caminar mientras lo bebíamos. El Margarita sabía muy bien y el dulce estaba perfecto, aunque también estaba bastante fuerte.

Tokyo Dining 

Yo siempre había querido comer en Epcot Japón. De hecho, ya había comido en el restaurante barato de Epcot Japón en otra ocasión, pero en mi mira siempre estuvo Teppan Edo, que tiene buenas críticas, además de chefs que cocinan frente a ti. Desgraciadamente, es el restaurante más caro de Japón, y con R. nos alcanzaba para algo menos costoso y optamos por Tokyo Dining. Tenían un menú especial en el que había unos platos especiales que estaban por 20 dólares cada uno, R. y yo optamos por esos, porque a parte de todo lo que decía en el menú, venían además con sopa miso, arroz y postre.






El primer plato fue el que ordené yo, veían con croquetas de pollo, puré de salmón, rollos de kanakama y vegetales, y una especie de lomo. Todo sabía muy bien, incluyendo la sopa y el arroz, y porque pagué tanto por el plato, aunque ya me sentía un poco llena, me acabé todo. Me sorprendió, especialmente, el puré de salmón, por su textura y sabor, se deshacía en la boca. Los rollos estaban bien, nada del otro mundo, y el pollo estaba jugoso y tierno. La carne sabía a carne estofada y estaba muy suave por el tipo de corte que llevaba. Yo ya no llegué al helado, así que le pedimos a la señorita que sólo se lo trajera a R. Era helado de té verde, pero fue lo único que no me gustó, estaba demasiado dulce, prefiero el del Tanoshii.

La comida fue la mejor que tuvimos en Orlando y lo recomiendo totalmente, no me arrepentí de no haber tenido el dinero para Teppan Edo.

Aquí termina la crónica de las comidas de Disney, espero las hayan disfrutado. 

De todas las malas ideas que tuvimos, ir ebria, con la barriga llena de nachos a un restaurante japonés que sirve más que las porciones típicas gringas y después ir a Mission Space, fue la peor.