Ceci y yo fuimos a empastar mi tesis. Este lugar, barato y conveniente, queda por el mercado de Santa Clara. En lo personal, estaba muy emocionada sobre la comida que podríamos encontrar en un lugar así. No sé si saben, pero me gusta mucho comer en lugares pequeños a donde no entraría jamás mi papá, ni siquiera mi mamá. Primero, buscamos un lugar de churrascos. Me encanta el churrasco, es mi segundo plato favorito de la comida ecuatoriana (siendo el primero los llapingachos y el tercero, el locro de papa). Desgraciadamente, no había un solo lugar donde comerlo. Entramos a dos lugares de almuerzos donde el letrero decía "churrasco" solo para enterarnos que en realidad no había. Después de caminar, Ceci dijo que había un lugar venezolano, bastante pequeño, al que podríamos ir. Apoyé la moción y fuimos.
Nos informaron, por una chica muy linda, que solo había almuerzos, un plato llamado "pabellón" y arepas. Yo escogí el pabellón, Ceci escogió arepas.
El pabellón consistía de carne mechada con fréjoles negros, maduros fritos y arroz. Estuvo muy rico. Me gustó el fréjol especialmente. Las combinaciones con fréjol negro siempre me han parecido casi perfectas, esta vez no estuve nada decepcionada.
La primera arepa de Ceci era pollo con queso. Ella nunca había probado arepas antes y le gustó mucho. A mí también me gustó bastante, tenía una salsa verde a parte que quedaba perfecta con la arepa.
La segunda arepa tenía carne mechada y fréjoles. Estaba buena, pero no tan buena como la anterior, la mezcla de los dos sabores se nos hizo un poco salada, lo que no pasa en el pabellón, por el arroz y los maduros.
De todas formas, estuvo rico, tuvimos un lindo tiempo y probamos un nuevo plato. Fue un muy buen día.
Calificado sobre 5: 4
Algo que sobresale: El sabor del fréjol.
¿Regresaría?: Seguramente.
Para personas: que no les asusten los lugares pequeños.
Dinero necesario: 5-8 por persona.
Dirección: Ramírez Dávalos y 10 de agosto.
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