Saturday, July 9, 2016

Cómo conocer Noruega en 4 días -y no morir de cansancio en el intento-

Una de las cosas que influyen en mí para viajar es si tengo a alguien que conozca en el país al que voy a ir. Se lo debería un 50% a ser una estudiante sin dinero que no quiere pagar hotel, y otro 50% a que muchas veces se conoce mejor un lugar si una persona de ahí es quien te lo indica.

Entonces, O. es una amiga a quien conocí en China hace ya ocho años, y después de mantener el contacto ocho años en facebook, de verla visitarme en Ecuador y en Edimburgo, era mi turno de ir allá. Y, por supuesto, fue la mejor guía que pude haber tenido. Desde antes de llegar a Noruega, tenía ya en mi inbox un documento que constaba de 7 hojas -con fotos- de lo que haríamos.

Llegué a las 12:10 de la noche al aeropuerto y tomé un tren hacia el centro de la ciudad, donde me encontré con O., ella me llevó a su departamento, que es minimalista y hermoso. Dormimos a las dos de la mañana y nos levantamos a las ocho. Entonces, si uno quiere visitar Oslo y sus museos, lo más recomendable para hacer es comprar el Oslo Pass. El Oslo Pass te deja viajar gratis en buses y trenes, entrar a cualquier museo gratis, ir en ciertos botes gratis y obtener descuentos en resturantes y tiendas. Y tengan en cuenta que Noruega es bastante más caro que el Reino Unido, que ya de por sí es más caro que muchos países. El Oslo Pass cuesta 40 dólares para adultos, pero como estudiante, pagué solamente 20 dólares, y empezamos a conocer.



Día 1. 

Fuimos al puerto a tomar un bote que nos llevaría hasta un lugar cerca de los primeros museos que visitaríamos.

El museo era el Viking Ship Museum, donde se puede observar los mejores barcos que se han encontrado del siglo IX. No es un museo grande, entonces puede acomodarse para ir a otros lugares a conocer.


El siguiente museo era el Norsk Folkemuseum. Aquí vimos distintos tipos de casas construidas en otros tiempos en diferentes lugares de Noruega, casi todas hechas de madera. Afortunadamente, llegamos justo a tiempo para ver un baile típico.

Y luego procedimos a ver una iglesia construida en 1100. Hecha completamente de madera, y se me hizo muy diferente a las iglesias típicas occidentales, increíble de conocer por fuera y por dentro, aunque dentro había muy poca luz y no quise usar flash en algo tan antiguo.


Después de esto, caminamos al parque Frogner Park. Aquí nos encontramos con diferentes estatuas, las cuales pertenecen a la instalación Vigeland; fueron hechas por Gustav Vigeland. Y eran increíbles, todas las estatuas estaban desnudas y me pareció hermoso, porque no eran eróticas, eran para demostrar que la desnudez es algo natural y cálido.


Luego, caminamos rápidamente frente al palacio real de Noruega.


Visitamos el Nobel Peace Center, y el museo de Ibsen, el gran dramaturgo Noruego. Para este punto, me encontraba increíblemente cansada, pero ¿cuándo más podré volver a visitar Noruega? Así que continuamos hacia el edificio de la Opera de Oslo. Lástimosamente, estaba cerrado, pero lo hermoso de esto lugar, es que se puede caminar por el techo, teniendo en cuenta que puede ser bastante peligroso y resbaloso con lluvia.


Finalmente, fuimos a Ekerberg, que fue lo más hermoso que vi el primer día. Tenía estatuas de diferentes artistas famosos de todo el mundo, recalcando a la mujer. Era como el parque perfecto para hacer un picnic, para ir a estudiar, para ir a jugar o caminar. Nunca he estado en un parque así.


Finalmente, fuimos a dormir a las doce. Para una persona que generalmente duerme diez horas cada noche, estaba muy cansada, y agotada, pero las ganas de seguir viendo todo me mantenían alerta.

Día 2.

El día dos lo dejamos para Munch. Yo no sabía mucho de Munch para ser honesta, pero después del documental que presentaron en el museo, estaba lista para ver sus cuadros, además que la presentación era una comparación entre Munch y Jasper Johns, un pintor que me había gustado mucho, después de haberlo visto en el MoMA. Al final, el Munch Museum fue lo que más me gustó de Oslo, porque fue muy inspirador, cada cuadro tenía una historia (escrita en una guía gratuita) y nos tomamos nuestro tiempo para poder disfrutar de cada uno.


Al salir fuimos al Jardín Botánico. Lastimosamente, empezó a caer una lluvia torrencial, y terminamos en dos lugares con plantas tropicales.

De ahí viajamos a una cabaña en medio del bosque Noruego, algo típico que hacen las personas de Noruega. Los papás de O. son los dueños de la cabaña, y antes había sido de sus abuelos. Ahora bien, O. me contó que las típicas cabañas noruegas no tienen luz ni agua, pero su cabaña sí tiene instalaciones eléctricas. El baño es otro cuento. Fuimos a conocer el lago cerca de la cabaña.


Estaba realmente hermoso, ¿pueden creer con esta foto que ya eran las diez de la noche? El lago estaba a 15 grados, así que estaba bastante frío.

Día 3. 

Lo más importante del día 3 es que escalamos una montaña noruega y que no me morí, a pesar de estar cansada y con sueño.


Después de esa experiencia noruega tan intensa y maravillosa, nos dirigimos hacia Hamar, lugar donde O. nació. Llegamos ya bastante tarde, por lo que procedimos a descansar y dormir.

Día 4.

Hamar es un lugar pequeño, bastante pacífico e igual de hermoso que Oslo. Para conocer Hamar, tomamos dos bicicletas (sus papás me prestaron una) y fuimos hacia el centro de la ciudad, continuamos yendo a un estadio olímpico con forma de barco vikingo dado vuelta, fuimos a otro museo al aire libre, y terminamos en el museo de trenes. Todo este recorrido se hizo junto al lago de Hamar, que se veía hermoso, a pesar de ser frío, y de hecho tenía a varias personas tomando el sol y nadando.


Este último día estaba tan cansada que hasta me olvidé de tomar fotos de todo lo que conocí. Espero recordarlo siempre, sin embargo.

Entonces, comí comida noruega deliciosa, hice lo que los noruegos normalmente hacen, conocí los mejores museos y fui al lugar donde mi gran amiga nació. ¡Fue un viaje increíble!

Pd: Si creen que al día siguiente descansé en Edimburgo, se equivocan, porque tenía que ir al trabajo a las seis de la mañana y luego tenía reunión de mi tesis, aún estoy muy cansada y con sueño.



Thursday, July 7, 2016

Comiendo en Noruega: parte II

Llegamos a la cabaña de O. a las 9 de la noche, y comimos la merienda a las 10. La sorpresa fue grande al ver que había una selección de todo un poco de diferentes pescados. La tienda Villfisken, localizada en Ådalsveien 431, Renna, Ringerike, es la única tienda en medio de Noruega que vende pescado local de buena calidad. Los papas de O., quienes gustan de comer bien, habían ido antes a comprar el pescado. La forma de comer era poner mantequilla encima de buen pan, y arriba colocar el pescado. El pescado que más me gustó era la trucha ahumada, no la había probado antes y me sorprendió al gustarme más que el salmón ahumado, uno de mis platos favoritos. Había también un paté de pescado, y una salsa con camarones, ambas cosas muy buenas también.

Si bien no tengo una foto de la merienda, pues me daba vergüenza ir a buscar la cámara para poder tomar fotos en una cena familiar, tengo una foto del desayuno que incluyó un poco del pescado que sobró del día anterior.


La familia de O. tiene una tradición: la primera persona que se levanta en la cabaña debe llevar café y pan a las demás personas. La mamá de O. había calentado el pan para llevárnoslo, uno tenía canela y fue la mejor forma de levantarme.


Después, por supuesto, el desayuno ya mencionado, que a parte del pescado, tenía también una de las mermeladas más ricas que he probado en la vida. Noruega tiene un tipo de frutilla salvaje que es muy pequeña, pero con el sabor más exquisito en cuánto a frutillas he probado. Lastimosamente, se cree que estas frutillas están creciendo cada vez menos.

El almuerzo/merienda del segundo día en la cabaña consitió del steak más rico que he probado en la vida. El papá de Oda me comentó que era steak uruguayo, conocido como el mejor del mundo. Mi papá siempre ha dicho que el steak uruguayo es el mejor, pero tan solo lo hemos comido en el Tanoshii, donde lo solían ofrecer. Este, sin embargo, era mucho mejor que el había probado antes, estaba cocido tan solo a estado medio y había una salsa para acompañarlo que lo hacía aún mejor, si eso era posible. Acompañamos el steak con papas y una ensalada deliciosa de lechuga, choclo amarillo y avellana. Nunca había comido ensalada con avellana, les recomiendo que lo prueben.


Después del mejor steak del mundo, solo me quedó nuevamente el plato típico noruego de los pasteles de carne. Estaba muy rico, la verdad, pero hasta ahora no puedo lograr dejar de pensar en el steak.


La carne estaba acompañada de cebollas acarameladas, pepino, lechuga, tomate y pan.

Vuelvo a repetir que este ha sido el mejor paseo gastronómico que he tenido. La mayoría de personas esperaría tenerlo en Italia o Francia, para mí fue Noriega, aunque no lo esperaba.

¡Suerte comiendo esta semana!

Wednesday, July 6, 2016

Comiendo en Noruega: parte I

Me encantaría que de alguna forma mágica pudiera hacerles probar lo que comí en Noruega, porque este ha sido el mejor paseo que he tenido en mi vida respecto a la comida.

Y habría que empezar diciendo que la única persona que conozco en la vida real que ha ido a restaurantes con estrellas Michelines es O. y O. vive en Noruega, además que fue mi guía turística. No solo ella, pero a su familia también le gusta comer bien. Y agradezco en el alma haber tenido mi experiencia en Noruega con ella.

Entonces, ¿qué come la gente en Noruega? El desayuno, por lo general, incluye buen pan (a diferencia de todo el pan que venden en Escocia), mantequilla para untar en el pan, y brown cheese más otros embutidos que deben ir encima del pan. Se lo acompaña con café. El brown cheese, o brunost, es un producto lácteo hecho con suero de leche de cabra. No es queso, en realidad, pero así se lo conoce. Su sabor es dulce.

O. tenía dos tipos de brunost, me fui por el de sabor menos intenso. También probé salami hecho con carne de caballo, pero me pareció que el sabor era muy fuerte.

El primer día estuve en Oslo. Comimos en una cafetería que tiene cosas típicas de Noruega, llamada Kaffistova. Opté por pastelitos de carne, mientras ella se fue por pan con camarones y salmón. La carne y la crema acompañante eran muy parecidos a las meatballs de Ikea, lo cual tiene sentido, porque Suecia está muy cerca de Noruega. El plato venía también con dos papas y una especie de puré hecho con arbejas, que me gustó, pero no me terminé porque ya no avanzaba nada.


Para la noche, O. optó por llevarme a celebrar mi visita a un restaurante espectacular, ubicado en el parque Ekeberg. Ekebergrestaurant nos dio una mesa junto a la ventana, desde donde podíamos ver el puerto y aún había luz, a pesar de que eran casi las 10 de la noche, lo que lo hacía verse hermoso. O. ordenó pato en salsa de caramelo, y yo me fui por el cordero. Lastimosamente, el cordero se había terminado y me tocó pedirme steak.

El pato con salsa de caramelo

Steak

En el momento en el que probé la carne quise ponerme a llorar, estaba a termino medio, la mantequilla estaba derritiendose, la salsa era deliciosa y la carne estaba perfecta. He intentado comer un buen steak por tanto tiempo (incluyendo en Ecuador) y lograrlo por fin me puso de muy buen humor. Acompañamos la comida con una copa de vino tinto cada una. Claro que la comida me salió por casi 50 libras -es Noruega, todo es caro, peor aún este restaurante- pero no estaba pagando hotel, ni desayunos, ni pagaría comida el resto del viaje, así que permití este increíble gusto. 

Al día siguiente, el almuerzo consistió de un almuerzo típico del verano llamado rømmegrøt, que consta de un porridge hecho con crema agria. No estoy segura de por qué un plato tipo porridge, caliente y todo, se sirve en el verano, pero estuvo muy bueno. Fue como comer un postre, se añadía mantequilla en la mitad y azúcar encima. Un plato alto en grasas y muy rico. 


Fuimos también al jardín botánico, el plan original de O. era que yo comiera los típicos waffles noruegos, pero no había, así que terminamos comiendo svele, o un tipo de pancake noruego, que no se come de desayuno, más sí de snack entre comidas. A esto lo acompañamos con ginger ale. 


Les he contado ya bastante y decidí dejar los mejores platos que comí para el siguiente post. No se pierdan lo que si fue el mejor steak que he comido más otras cosas! Nos vemos!