Y habría que empezar diciendo que la única persona que conozco en la vida real que ha ido a restaurantes con estrellas Michelines es O. y O. vive en Noruega, además que fue mi guía turística. No solo ella, pero a su familia también le gusta comer bien. Y agradezco en el alma haber tenido mi experiencia en Noruega con ella.
Entonces, ¿qué come la gente en Noruega? El desayuno, por lo general, incluye buen pan (a diferencia de todo el pan que venden en Escocia), mantequilla para untar en el pan, y brown cheese más otros embutidos que deben ir encima del pan. Se lo acompaña con café. El brown cheese, o brunost, es un producto lácteo hecho con suero de leche de cabra. No es queso, en realidad, pero así se lo conoce. Su sabor es dulce.
O. tenía dos tipos de brunost, me fui por el de sabor menos intenso. También probé salami hecho con carne de caballo, pero me pareció que el sabor era muy fuerte.
El primer día estuve en Oslo. Comimos en una cafetería que tiene cosas típicas de Noruega, llamada Kaffistova. Opté por pastelitos de carne, mientras ella se fue por pan con camarones y salmón. La carne y la crema acompañante eran muy parecidos a las meatballs de Ikea, lo cual tiene sentido, porque Suecia está muy cerca de Noruega. El plato venía también con dos papas y una especie de puré hecho con arbejas, que me gustó, pero no me terminé porque ya no avanzaba nada.
Para la noche, O. optó por llevarme a celebrar mi visita a un restaurante espectacular, ubicado en el parque Ekeberg. Ekebergrestaurant nos dio una mesa junto a la ventana, desde donde podíamos ver el puerto y aún había luz, a pesar de que eran casi las 10 de la noche, lo que lo hacía verse hermoso. O. ordenó pato en salsa de caramelo, y yo me fui por el cordero. Lastimosamente, el cordero se había terminado y me tocó pedirme steak.
El pato con salsa de caramelo
Steak
En el momento en el que probé la carne quise ponerme a llorar, estaba a termino medio, la mantequilla estaba derritiendose, la salsa era deliciosa y la carne estaba perfecta. He intentado comer un buen steak por tanto tiempo (incluyendo en Ecuador) y lograrlo por fin me puso de muy buen humor. Acompañamos la comida con una copa de vino tinto cada una. Claro que la comida me salió por casi 50 libras -es Noruega, todo es caro, peor aún este restaurante- pero no estaba pagando hotel, ni desayunos, ni pagaría comida el resto del viaje, así que permití este increíble gusto.
Al día siguiente, el almuerzo consistió de un almuerzo típico del verano llamado rømmegrøt, que consta de un porridge hecho con crema agria. No estoy segura de por qué un plato tipo porridge, caliente y todo, se sirve en el verano, pero estuvo muy bueno. Fue como comer un postre, se añadía mantequilla en la mitad y azúcar encima. Un plato alto en grasas y muy rico.
Fuimos también al jardín botánico, el plan original de O. era que yo comiera los típicos waffles noruegos, pero no había, así que terminamos comiendo svele, o un tipo de pancake noruego, que no se come de desayuno, más sí de snack entre comidas. A esto lo acompañamos con ginger ale.
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