Cuando uno viaja a Disney, se da cuenta que es una locura querer ir un día a un parque y al otro día, a otro parque. Los horarios, las largas caminatas que se dan cada día y el querer dormir un poco más, hacen que nosotros hayamos decidido ir un día, y al otro quedarnos en la casa. Como les comenté en el post anterior, teníamos cosas del supermercado para comer, aunque siempre había días en los que tenía que salir al centro comercial para comprar los respectivos encargos.
Un día comimos en Chipotle. R. ya había comido ahí antes, y yo también, nos gusta porque dan un montón de comida y es muy bien sazonada.
Me recuerda un poco a la comida latina, ya sé que ahí dice "mexican grill", pero también se supone que Taco Bell es mejicano, y no es. Puedes elegir una tortilla o un bowl, yo siempre escojo el bowl, le pongo arroz integral, un tipo de carne, un tipo de "menestra", vegetales y choclo. Me encanta que el choclo que usan sea el blanco, en vez del amarillo típico de Estados Unidos. R. se emocionó porque por los impuestos, su plato le salió más barato que en Nueva York, su plato salió por los 7 dólares.
En otros dos días fuimos a Panera. Panera es lo más cerca que estarás de comer en un restaurante caro, sin comer en un restaurante caro. No hay meseros, no tienes que dejar propina, tienes que levantarte a tomar tu comida, y la comida está bien. Hay algo de la comida estadounidense y es que no puedo dejar de sentir el sabor a precocido, congelado, producido en masa, en casi todo lo que como, y si bien aquí también se siente así, la comida sí se me antoja.
El sánduche fue idea de R. porque "Sanduche de lomo" suena bien, pero el lomo no es como el que conocemos en Ecuador, y es frío, así que fue un poco decepcionante. Yo me pedí Soba Noodle Bowl with Chicken, y me gustó bastante, estaba caliente y era un poco picante. En vez de la opción de pollo, se puede agragar también edamame, y lo recomiendo mucho.
La siguiente vez optamos por una ensalada, que tenía un dressing aparentemente tailandés, un poco dulce, no muy de mi agrado, pero sí del de R. Yo pedí la Pasta Primavera, con pollo añadido por un dólar (ya que es un plato vegetariano), y me encantó, este fue el plato que me ganó en Panera, porque los vegetales están en el punto perfecto para comer, con la salsa que no es pesada y sabe muy bien. Aquí cada plato está de los 10 a los 20 dólares, aunque también hay panadería y pueden ordenar los típicos bagels.
En la parte III hablaré de la mejor comida en Epcot Japón.
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