Saturday, May 9, 2015

Comiendo en Disney parte III

Hollywood Studios es uno de los parques más interesantes si eres joven y sientes que te hace falta una montaña rusa de verdad. En realidad, yo no me hice la montaña rusa, pero a R. le gustó mucho. A mí lo que más me gusta de Hollywood Studios es Star Tours y El Jedi Training Academy, que aunque no puedo participar directamente, siempre puedo ver. Además que el sing along de Frozen estuvo realmente divertido, si te gusta Let it Go y quieres cantarla a todo pulmón...


En este parque teníamos mucha hambre y sánduches de mantequilla de maní con mermelada. Decidimos ir a un restaurante de comida rápida ubicada exactamente a la izquierda de donde esa foto fue tomada y pedir algo barato y que nos llenaría hasta la merienda: ¡hamburguesas!



Las hamburguesas de los restaurantes de Disney no son muy conocidas por su sabor, pero no tengo ninguna queja al respecto, tal vez porque el tocino mejora todo, tal vez por la salsa ranch en grandes cantidades, tal vez porque cuestan 10 dólares, pero nos terminamos todo.

Por último, regresamos a Epcot. Es uno de los parques que si no vas dos días, no logras conocer todo. Ahora bien, existe algo llamado Drink Around the Epcot World Showcase (DAWS), traducido como: ¡Toma en todos los países! y consiste en exactamente eso. R. y yo no planeamos en realidad hacerlo, pero por cuestiones el destino, pudimos probar dos bebidas. En la isla del sake de Japón Epcot, compramos una pequeña copa de exactamente eso, no sé por qué compramos el puro, y procedimos a tomárnoslo rápido.


El punto era que mientras más rápido lo tomabas, menos veces te tomaba vaciar el vaso y menos te ardía el esófago y la boca del estómago, porque era muy fuerte. Hubo un señor que se dedicó a reír mientras nos veía haciendo caras y gestos.

Habíamos leído que si ibas a La Cava del Tequila en Epcot México y les mostrabas en tu celular que les seguías en Twitter, te regalaban una fuente de nachos con salsa, ¡lo cual resultó verdad! y lo cual no fue tan buena idea, contando que después teníamos una reserva en un restaurante y que ya íbamos a ir medio llenos. La Cava del Tequila es conocido por ser un bar con más de 100 tipos de tequilas.


Pedimos un Blood Orange Margarita y, porque R no llevó su pasaporte y no podían verificar que es mayor de veintiún años, tuvimos que pedirlo para llevar y salir al parque a caminar mientras lo bebíamos. El Margarita sabía muy bien y el dulce estaba perfecto, aunque también estaba bastante fuerte.

Tokyo Dining 

Yo siempre había querido comer en Epcot Japón. De hecho, ya había comido en el restaurante barato de Epcot Japón en otra ocasión, pero en mi mira siempre estuvo Teppan Edo, que tiene buenas críticas, además de chefs que cocinan frente a ti. Desgraciadamente, es el restaurante más caro de Japón, y con R. nos alcanzaba para algo menos costoso y optamos por Tokyo Dining. Tenían un menú especial en el que había unos platos especiales que estaban por 20 dólares cada uno, R. y yo optamos por esos, porque a parte de todo lo que decía en el menú, venían además con sopa miso, arroz y postre.






El primer plato fue el que ordené yo, veían con croquetas de pollo, puré de salmón, rollos de kanakama y vegetales, y una especie de lomo. Todo sabía muy bien, incluyendo la sopa y el arroz, y porque pagué tanto por el plato, aunque ya me sentía un poco llena, me acabé todo. Me sorprendió, especialmente, el puré de salmón, por su textura y sabor, se deshacía en la boca. Los rollos estaban bien, nada del otro mundo, y el pollo estaba jugoso y tierno. La carne sabía a carne estofada y estaba muy suave por el tipo de corte que llevaba. Yo ya no llegué al helado, así que le pedimos a la señorita que sólo se lo trajera a R. Era helado de té verde, pero fue lo único que no me gustó, estaba demasiado dulce, prefiero el del Tanoshii.

La comida fue la mejor que tuvimos en Orlando y lo recomiendo totalmente, no me arrepentí de no haber tenido el dinero para Teppan Edo.

Aquí termina la crónica de las comidas de Disney, espero las hayan disfrutado. 

De todas las malas ideas que tuvimos, ir ebria, con la barriga llena de nachos a un restaurante japonés que sirve más que las porciones típicas gringas y después ir a Mission Space, fue la peor.

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